jueves, 15 de mayo de 2014

Psicomotricidad Infantil, por Patricia Valle (2)

RELACIÓN ENTRE EL DESARROLLO MOTOR Y LA VISIÓN

Es necesario que los profesionales que trabajan en el mundo infantil conozcan el proceso de desarrollo normal del desarrollo motor y visual para poder detectar problemas o alteraciones en el mismo y que pueden ser la causa de retrasos en el aprendizaje.
El niñ@ aprende a asociar sus dos partes del cuerpo antes que a trabajar con los dos ojos conjuntamente.

¿Cuáles son las fases del desarrollo motor en su relación con la visión?


-     Reflejo Tónico Cervical: Comienza siendo asimétrico (en tendido supino y en prono) y luego simétrico. Este patrón de coordinación permite las primeras relaciones óculo-manuales que tan importantes son en la lectoescritura.

-     Arrastrado contralateral: El bebé ha comenzado haciéndolo de manera homolateral. Cuando es contralateral, coordina su brazo derecho con su pierna izquierda y viceversa. En el Sistema Nervioso Central se activa la vía cruzada de movimiento y empieza a ponerse en marcha la actividad del cuerpo calloso. Se inicia la incorporación del patrón contralateral en todo el conjunto de respuestas motrices coordinadas, inicia de la percepción de profundidad a nivel de visión, audición y tacto y la conexión definitiva de los núcleos medulares altos y bajos del Sistema Nervioso Central. Cuando el cuerpo empieza a funcionar como una auténtica unidad es porque el Sistema nervioso también lo hace.                                       

-    Gateo: Con el gateo el bebé es capaz de despegar el cuerpo del suelo y mantener el apoyo sobre cuatro puntos utilizando su sistema de equilibrio. Es muy importante que el gateo sea correcto, simétrico, piernas paralelas, muslos perpendiculares al suelo, rodillas que siguen a las manos, pies alineados hacia delante y en contacto con el suelo. Puede sortear obstáculos, elevar la cabeza y dirigir la escucha y la mirada a una mayor distancia y desarrollar la función visual. Las dos imágenes visuales se funden en una sola y eso contribuye a que perciba el espacio en tres dimensiones. Aparece la profundidad y la medida de la distancia. Con el gateo se activa la visión binocular, la audición biaural, los laberintos, los nervios oculomotores, el reflejo postural y los músculos del cuello y del tronco. La acomodación debe seguir la mirada y adaptarse a los distintos planos de observación.


Por todo esto, la acomodación y la precisión con la que funcionan los ojos no se puede desvincular de la locomoción y manipulación. Si existe alguna “laguna” en el desarrollo neuro-psicomotriz esto puede alterar la amplitud y los cambios en la acomodación visual. Esta capacidad es fundamental para los movimientos visuales en la lectura.

Patricia Valle
Pedagoga


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