Iniciarse en el mundo del running no es tarea sencilla a veces, la pereza y superar esas barreras iniciales frustran a una gran mayoría. Dentro de nuestra sección "correr siempre estará de moda", contaremos con la colaboración de Charo García, que ha logrado transformar esta disciplina deportiva en su forma de vida, como ella comenta en su blog (podéis acceder a través del enlace que hay al final del artículo):
"Nos apasiona el running y todo lo que envuelve a este deporte"
Charo García nos aportará su experiencia, a través de sus aventuras y las de otros aficionados al correr, relatándonos paso a paso, carrera a carrera, mil historias relacionadas al running. En el artículo que os facilitamos a continuación nos explica como se introdujo en este mundo.
Empezar a Correr
No hay una razón específica para empezar pero sí que encontraremos un millón de motivos para seguir haciéndolo.
Yo empecé a correr cuando me miré en el espejo y no me gustó lo que vi, estaba embutida entre las pocas ganas de hacer nada y la pereza absoluta. Ese día tomé una determinación: me compré unas zapatillas de deporte. Eran unas zapatillas minimalistas y debía hacer la iniciación a este tipo de calzado poco a poco, así que empecé marcándome una ruta sencilla, mientras sacaba a los perros aprovechaba para hacer mi sesión de correr. Me ponía el mp3 con mi música y salía a correr. En esos minutos me sentía poderosa, con decisión, con el control de mi cuerpo y con una fuerza de voluntad férrea. Poco a poco me sentía más segura, con más ganas de seguir y la báscula iba ratificando mis avances, iba bajando poco a poco de peso.
En un mes cambié el recorrido y me inicié en subidas, la idea de marcarme un recorrido mental y alcanzarlo me daba mucha motivación personal. Paré varias veces a descansar, a estirar piernas pero seguía. Así hice tantas veces como necesité, hasta poder acabar el recorrido bien. La idea de pensar que el mes antes no era capaz de salir a correr sola, ni aguantar 10 minutos y ver que poco a poco iba mejorando, me animó a dar cada día un paso más. A su vez, empecé a estudiar algún curso de reciclaje, me empecé a poner ropa que ya había dejado olvidada en el armario y me inundaron las ganas de comer más sano. Poco a poco correr me fue devolviendo positividad, endereza, confianza, seguridad y eso se notaba en mi vida personal. Me decidí a tomar las riendas de mi vida, a zanjar temas que se debían de haber zanjado hace tiempo y a tomar el control. Correr me estaba enseñando a volver a ser yo, esas mañanas, esas tardes dedicadas a correr sola, era como esos momentos en clase de yoga, eran momentos íntimos para mí, para redescubrirme, volver a conectar con mi cuerpo, con mi esencia y verme de nuevo quién yo soy.
Con el tiempo fui buscando algún grupo de corredores que corrieran en mi ciudad y así poder combinar mis días de salir a correr yo sola con alguna salida con más gente y a partir de aquí se me abrieron las puertas a un mundo muy bonito: el running.
Es el deporte que más alegrías y satisfacciones personales me ha dado, el que más me ha ayudado a elegir lo que quiero en mi vida y el que más me ha enseñado a conocerme, pese que pensaba que me conocía, hasta que no corres a diario y no conectas contigo y con tu cuerpo cada día, no te conoces. Y es tan gratificante como tú le dejes ser, te pone el límite que tú quieras y te permite soñar hasta dónde tú mismo le dejes. Así es correr, así de maravilloso resulta porque correr te devuelve la libertad que el día a día te quita.
No hay una razón específica para empezar a correr, pero sí las hay para no parar de hacerlo.